Posiciones para Meditar: Encuentra la que te Funciona Mejor
Meditar es una práctica muy personal, en la cual uno termina por buscar lo que más le acomoda. Así como hay muchas técnicas diferentes para hacerlo, también hay diversas posiciones para meditar, cómo meditar acostada.
Sí, para meditar no tienes que cruzarte de piernas forzosamente. Ya que el objetivo de meditar es darle un respiro a tu mente, tampoco tienes que leer todos los libros sobre el tema o inscribirte en retiros alrededor del mundo para comenzar. Simplemente tienes que encontrar un lugar tranquilo, relajarte y respirar ahí mismo.
La meditación se puede hacer en cualquier momento, en cualquier lugar y por cualquier periodo de tiempo. Ya sea que estés intentando meditar por primera vez o seas ya un profesional con hábito, es importante mantenerse flexible en el enfoque. Crear una práctica propia que te funcione es clave, así que lo más probable es que la modifiques y ajustes tu práctica para satisfacer tus necesidades cambiantes.
Relación entre meditar y la postura
Aunque la postura es elemental para meditar, puedes ser flexible respecto a este elemento en tu práctica personal. Comienza en una posición que te resulte natural. Es importante que inicies en un lugar cómodo, para que puedas cambiar suavemente el cuerpo a la posición correcta durante tu práctica.
Sentado en una silla
Puedes meditar fácilmente mientras estás sentado en una silla, por lo que es la práctica perfecta para recargar energía a mitad del día mientras trabajas. Puedes meditar en el trabajo o mientras viajas.
Para ponerte en la posición correcta para meditar sentada, siéntate en tu silla con la espalda recta y con los pies apoyados en el piso. Estos deben formar un ángulo de 90 grados con las rodillas. Es posible que tengas que deslizarte hasta el borde de la silla.
Decide si quieres comprometerte con la práctica de la meditación. Comienza con un tiempo alcanzable, como 10 minutos al día, y elige la hora del día que más te convenga. A menudo se recomienda hacerlo temprano por la mañana, y por la noche, ya que la meditación puede ayudar a establecer el tono para tu día o ayudarte a relajar por la noche.
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Lo mejor sería que pudieras meditar todos los días, pero está bien si no lo haces. Tu enfoque a la práctica debe adaptarse a tus necesidades individuales. Un consejo que te puede ser útil para forjarte el hábito es mantener un breve diario en el cual registres cualquier información que surja durante tu práctica. Mantente atento y devuelve tu conciencia al momento presente durante todo el día.
No hay una manera equivocada para meditar, ni tampoco un fin específico; lo que quieras obtener de una práctica dependerá completamente de ti. Lo más importante es que seas paciente contigo.
