La inteligencia emocional es la capacidad para entender, reconocer y gestionar tanto nuestras propias emociones como las emociones de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las emociones.
Esta definición de inteligencia emocional surge gracias a los estudios de Daniel Goleman, un psicólogo muy famoso y creador del concepto de inteligencia emocional, el concepto que describimos en el párrafo anterior. No solamente eso, sino que también podemos enumerar 5 factores para tener inteligencia emocional; estos comprenden capacidades como conectar y gestionar nuestras emociones, automotivarnos, vencer las frustraciones, mejorar nuestra relación con los demás.
Para Goleman, existen 5 partes que integran la inteligencia emocional:
Autosconciencia
La autoconsciencia es cuando entiendes lo que sientes y por qué. Cómo eso influye en las emociones que tomas y por ende, en tu trayectoria profesional.
Autocontrol
Es cuando sabes controlarte y motivarte; alcanzar los objetivos, manejar el estrés, levantarte de las caídas, reconocer los errores… Vaya, es cuando saber canalizar tus emociones y sentimients de la forma correcta.
Conciencia social y empatía
la concisncia social se refiere a saber gestionar las relaciones con los demás: demostrar interés en ellos, escuchar e intuir lo que sientes. De aquí e desprende la empatía que a su vez se divide en 3 tipos:
- Empatía cognitiva. Es ponerse en el lugar de la otra persona para saber cómo piensa y poder comunicarnos mejor con ella.
- Empatía emocional. Es la conexión inmediata. Como cuando decimos “sé cómo te sientes, me ha pasado”. Esto propicia que la conversación fluya den la dirección correcta.
- Preocupación empática. Este es el nivel más alto de empatía y surge en el mismo lugar del cerebro de donde surge el amor de un padre o una madre hacia los hijos. Esto quiere decir que no sólo nos conectamos o simpatizamos con la otra persona, sino qe también buscamos la manera de ayudar y mejorar su situación.
Habilidades Sociales
Es el conjunto de capacidades que nos permiten dar respuestas adecuadas al entorno y relacionarnos mejor con las personas que nos rodean. Son la clave para un buen desarrollo personal y profesional. Gracias a ellas, podemos comunicarnos de manera más asertiva, dando a conocer nuestras necesidades para que quienes nos rodean entiendan mejor cómo nos sentimos.
Motivación
Esta es la habilidad para dirigir las emociones a los objetivos en lugar de hacerlo a los problemas. Es tener una mentalidad positiva ante las adeversidades.
Aunque estos componentes puedan parecer completamente diferentes, la realidad es que se complementan entre sí y forman a personas conscientes de ellas mismas, de su entorno, de las demás personas y de lo que son capaces de lograr para ser más felices.