Cómo la música mejora y guía tu práctica meditativa
La meditación y los ejercicios de respiración son dos prácticas distintas, cada una con sus propias particularidades. Los ejercicios de respiración se enfocan en la manipulación y control consciente de la respiración, mientras que la meditación, dependiendo de su enfoque, no sigue un patrón rígido para la respiración. En la meditación, simplemente se nos invita a ser testigos de nuestra propia respiración, pensamientos, emociones y sensaciones corporales mientras emergen y fluyen.
Los efectos de los ejercicios de respiración son inmediatos debido a su influencia directa en la forma en que respiramos, y pueden diferir de los experimentados durante la meditación. Estos ejercicios ayudan a regular el sistema nervioso, el cual tiene un impacto directo en nuestro bienestar físico y mental. Por ejemplo, alargando las exhalaciones se puede inducir una sensación de calma al activar el sistema nervioso parasimpático, responsable del descanso y la digestión.
A pesar de que la respiración es una función vital que realizamos a diario, a menudo la hacemos de forma automática, sin prestarle la debida atención. La calidad de nuestra respiración puede variar, siendo superficial o profunda, rápida o lenta, y estas variaciones pueden tener un impacto significativo en nuestra salud física y mental.
A continuación, compartimos algunas técnicas de respiración que pueden ayudarte a relajarte:
Pausas para respirar
Para practicar ejercicios de respiración, es esencial reservar tiempo durante el día. Sin embargo, si te sientes abrumado por tus responsabilidades, considera tomar breves descansos en lugar de dedicar largos períodos de tiempo a la práctica. Estos momentos de pausa pueden durar de 1 a 5 minutos o incluso más, según tu disponibilidad. Sea cual sea su duración, notarás la diferencia.
Cuando sientas la necesidad de desacelerar, puedes probar lo siguiente: en primer lugar, presta atención a las sensaciones de tu respiración en tu cuerpo. Observa si es superficial o profunda, rápida o lenta, y ajusta tu respiración según las necesidades de tu cuerpo.
También puedes cerrar los ojos y contar tus respiraciones. Inhala mientras cuentas hasta cuatro y retén la respiración durante dos tiempos. Luego, exhala contando hasta cuatro. Este sencillo ejercicio de respiración (4-2-4) puede inducir la calma y relajar tu cuerpo al centrarte plenamente en el poder de tu propia respiración.
Respiración triangular
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