“¿Meditar en el trabajo?” te preguntarás y pues sí; disfrutar el trabajo es algo importantísimo, de otra manera, se vuelve tedioso y viene el hartazgo y la renuncia.

Un empleado estresado e infeliz no es productivo, por eso meditar en el trabajo puede contrarrestar lo negativo, el cansancio, la rutina y hacer de la oficina un lugar más pacífico, creativo y trabajador con el efecto y la simple influencia de la meditación.

Si trabajas en una oficina abierta, quizá tengas que ponerte creativo para encontrar un lugar tranquilo para practicar, pero también es una gran oportunidad para dejar la pena atrás y buscar la manera de generar empatía en los lugares de trabajo, así que no dudes en preguntar si puedes usar una sala de juntas o alguna oficina para tu meditación del día.

Pero meditar en el trabajo no se limita al escritorio o una sala de juntas. De hecho esta meditación, o cualquiera, se puede hacer en cualquier lugar donde puedas sentarte tranquilamente, así sea una sala de profesores, una banca en un parque o incluso en un asiento de avión.

Una vez que hayas encontrado el lugar ideal asigna un tiempo y un compromiso de no dejar de practicar. No es necesario que sea demasiado: 10 a 15 minutos diarios son suficientes o incluso un par de minutos pueden ser útiles. La clave es comprometerse, de lo contrario no es efectivo.

Recuerda que el momento que elijas para meditar es una elección personal. Por lo tanto, dependerá de tu estilo de vida y la razón para recurrir a la práctica en primer lugar. Así que, una vez que hayas encontrado tu lugar y tu tiempo, te dejamos el paso a paso para saber cómo meditar en el trabajo para despejarte, recargarte de energía y volver a la productividad laboral.

  1. Comienza por prestar atención a las sensaciones de tu respiración.
  2. Cuando sientas que estás listo, dirige tu atención a las plantas de tus pies y abre tu mente a las sensaciones que notes.
  3. ¿Percibes la presión en las plantas de los pies?, ¿el peso de tus piernas descansa sobre ellas? ¿Las plantas de tus pies se sienten cálidas o frías?
  4. Sólo presta atención, advierte todas las sensaciones. No es necesario juzgar o participar en el pensamiento discursivo. Si tu mente se aleja o divaga, redirige tu atención, decidida y suavemente.
  5. Pasa tu atención hacia la parte superior de tus pies, tobillos, pantorrillas, rodillas…
  6. Escanea gradualmente tu cuerpo, nota sensaciones, presta atención a molestias y advierte las áreas de tu cuerpo donde detectes una ausencia de sensaciones. No hay necesidad de buscar TODAS las sensaciones; simplemente sigue escaneando tu cuerpo, tómate tu tiempo y mantente abierto a lo que está aquí.

¡Listo! ¿Ves que es muy fácil e incluso rápido meditar? Te sentirás mucho mejor y con energía para continuar con tu día incluso después de salir del trabajo.

Ya sea que nunca antes hayas meditado, necesites practicar o estés comenzando, empieza por ejercicios sencillos como este que te guían en el camino de cómo meditar en el trabajo o donde sea que tú escojas.

Meditar en el trabajo: un hábito rápido y sano que debes practicar

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