El estrés es una parte de nuestra vida, pero es diferente tenerlo a que él nos tenga a nosotros. Nunca se va a ir porque las preocupaciones siempre van a estar a lo largo de la vida. Es mejor aprender a controlarlo.
Vivimos el estrés de forma diferente; cada persona tiene preocupaciones, vidas y necesidades diferentes, por lo que el estrés vemos diferente: puede ser una presentación importante, la llegada de un familiar, un ascenso en el trabajo, preocupación por un gasto inesperado, etc.
Y cada uno tiene recursos diferentes para enfrentarlo; algunos de mejor manera, otros no tanto, pero siempre lo enfrentamos porque es una respuesta fisiológica de nuestro cuerpo ante cualquier amenaza. Sin embargo, a veces las amenazas no son tan reales como pensamos, pero el estrés se queda ahí.
Si eres una persona que suele estresarse fácilmente, estas sencillas actividades te pueden ayudar a afrontarlo con una actitud más valiente:
- Planifica tu trabajo y organiza tus actividades para no sufrir por la prisa.
- Haz actividad física de forma regular para sacar todo ese estrés que se acumula, pero no se va.
- Aprende a delegar tareas y que tengan suficiente tiempo para entregarse a tiempo.
- Come con atención plena y date el tiempo necesario para hacerlo.
- No complazcas a los demás. Es frustrante y sí, estresante.
- Haz pausas para relajarte, ejercitarte un poco y calmarte mientras trabajas.
- Si te vas a preocupar, hazlo de forma constructiva, es decir, piensa en soluciones, en formas diferentes de responder a la situaciones y en creer que puedes resolver lo que te estresa.
- Duerme bien. No hacerlo también te vuelve más vulnerable al estrés.
- Evita el tabaco, alcohol y cualquier estimulante.
- La meditación es una buena forma de relajar tu cuerpo y darle volverte tolerante al estrés.
Practicar el mindfulness y la meditación, además de bajar tus niveles de estrés, de hacerte más resistente y tolerante a él, te ayuda a prevenirlo ya que al mantener la serenidad ante situaciones difíciles, podrás analizar las situaciones con más calma, tomar lo que debes y dejar ir la tensión restante.
Crear estos hábitos y rutinas también te dará esa sensación de control que necesitas; tus actividades, obligaciones y responsabilidades serán menos pesadas cuando están planificadas y sabes exactamente donde está cada cosa.